
En 1461, el padre dominico Salvatore da Gaeta celebró una misa en la iglesia de María SS. del Bosque, pidió a la ciudad y consiguió que se reconstruyera el altar mayor, defectuoso y en malas condiciones. Durante las obras, se encontró una caja de plomo que contenía una reliquia de un brazo y un pergamino escrito en lengua caldea. La caja, a título de precaución, fue depositada en la iglesia madre de la ciudad. En 1481, unos sacerdotes caldeos de paso por Milazzo reconocieron como propio ese lenguaje e interpretaron el escrito. El pergamino decía que en la caja había reliquias pertenecientes al brazo de S. Stefano Protomartire. En la ciudad no se dio plena credibilidad a sus afirmaciones y el Arcicescovo de Messina se comprometió a hacer interpretar nuevamente la escritura.