
Los objetos, que corresponden a un entierro de una adolescente, representan un unicum, tanto por la tipología como por la ideología subyacente. La tumba (caja de ladrillo con cubierta plana), excavada en 1990 en Contrada Ciantro (Coop. Serena), data de mediados del siglo III a.C.. El entierro, recuperado por Benedetto Giovanni Roselli, en ese momento miembro del Archoclub de Milazzo, ha devuelto numerosos objetos que debían acompañar a la pequeña difunta en su viaje al inframundo. Entre ellos, además de los habituales (un unguentario y una olpetta) o relacionados con el mundo femenino (dos alfileres y un pisside en hueso) y el cuidado del cuerpo (strigile), destacan hallazgos totalmente únicos.