Fondo de pantalla completo por piviale, planeta, dos dalmatas

Autor: Fabricación siciliana

Datación: Fin sec. XVII – comienzos sec. XVIII

Material: Satén bordado en oro y sedas policromadas

Dimensiones: cm 145×300 (plana), cm 95×130 (dálmata), cm 120×58,5 (planeta)

Lugar: Milazzo, iglesia de San Domenico o del Santísimo Rosario

La iglesia del siglo XVI de Nuestra Señora del Rosario, con el anexo convento de los Padres Dominicos, es una de las más antiguas y valiosas de la ciudad. Situada en el barrio del Borgo, ha permanecido al margen de las destrucciones y de las reconstrucciones que han afectado sobre todo a las iglesias de la ciudad baja, a lo largo de los siglos. Ya en el siglo XVII el convento aparecía «magnífico y bien dotado por el público […] tan aumentado de fábricas que no se puede desear […] y hoy es uno de los centros de estudio de la provincia». También la iglesia «bella y bien adornada», estaba dotada de importantes familias locales: los Spadafora, los D’Amico, los Colonna, los Cumbo, los De Alarcon, pero también de castellanos españoles, como los Cubifar, familia «noble del reino de Navarra», que tenían el ius patronatus sobre la capilla de S. Miguel arcángel. Otras rentas provenían de los dos oradores, uno «de los hermanos de la compañía del SS. Rosario que se mantiene con mucho decoro para ser de Nobili»; y el otro «de disciplinantes agregado de artesanos bajo los auspicios de S. Domenico. En el sector de las paredes sacras, al convento pertenece uno de los conjuntos bordados más antiguos e interesantes de la ciudad, que ha llegado hasta nuestros días.

Compuesto por piviale, tunicella, planeta, presenta una densa decoración barroca con giros dorados que encierran flores y aves de cromatismo intenso, de sabor exótico, que encuentra un equivalente en otros paramentos similares de la provincia de Messina, como el planeta de Rometta, Considerada por el mismo bordador de las obras milazzesi. Las grandes flores, muy estilizadas – crisantemos, anémonas, claveles, lirios, rosas, tulipanes – seccionadas y descompuestas en los tonos esenciales – del amarillo al marrón, del rosa al carmín, del azul al azul – acompañadas de hojas, denotan claramente su simbolismo, Coglibile por ejemplo en la flor que nace de una granada abierta, símbolo cristiano de la Resurrección, visible en el centro de la tonacella. En esta, el diseño tiene una mayor amplitud y espacialidad, despanándose de un cuerpo central en oro del que salen las giras floridas, mientras que en la zona inferior, se extiende una composición de tres flores – la rosa flanqueada por dos claveles rojos – descansando sobre una mesa dorada en forma de consola, que se inspira en la moda de enseñar elementos de diseño y muebles en algunos bordados sicilianos de la primera mitad del siglo XVIII.

Más densa es la decoración del planeta, dividida en tres columnas, con flores más pequeñas naciendo de densos girales curvados e intercalados por aves exóticas, cuyo simbolismo está ligado desde la antigüedad al del alma. El simbolismo de la representación animalista se manifiesta claramente en el piviale, sobre cuya capucha está presente un pavo real, asimilado al Cristo resucitado y a la inmortalidad del alma, para ser objeto de la antigua creencia que su carne no se descomponía, sino que se regeneraba.
 
Buda V., Lanuzza S. (a cura di), Tesori di Milazzo. Arte sacra tra Seicento e Settecento., Milazzo 2015