El territorio de Milazzo con sus acantilados, acantilados, playas y campos cultivados siempre ha sido un punto favorable para el refugio, permanente o temporal, de diversas especies de aves. Algunos de estos lugares cuentan con ecosistemas poco degradados y en algunos casos no contaminados que favorecen el desarrollo de estas especies animales. Milazzo, además, gracias a su favorable posición geográfica, es una importante encrucijada de numerosas rutas migratorias entre Europa, el Mediterráneo y África. Durante las migraciones de primavera u otoño, se pueden observar muchas especies que no anidan en vuelo y, a veces, incluso estacionarias.
El halcón peregrino (Falcus peregrinus), una de las especies más interesantes, anida regularmente cerca de los acantilados costeros de Milazzo. Este animal tiene un importante vínculo histórico con la ciudad de Milazzo. En el siglo XIII, de hecho, el soberano Federico II de Suabia solía entrenar a esta especie (peregrinus) para cazar con el halcón. La actual zona llamada Parco era, de hecho, un «parque real» donde los soberanos suevos y aragoneses realizaban salidas de caza.
El cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) es un ave rapaz diurna que anida en casi todo el territorio. Otras aves rapaces diurnas son el ratonero (Buteo buteo), que rara vez está presente, y el abejero (Pernis apivorus), que se puede ver sobrevolando la llanura durante la migración de primavera. Otras especies muy comunes y nidificantes en nuestras zonas son algunas rapaces nocturnas: el autillo (Otus scops), el búho (Athene noctua) y la lechuza común (Tyto alba).
Las aves vinculadas al medio marino son la gaviota común (Larus ridibundus), invernante (es decir, una especie que pasa el invierno en el territorio) y la gaviota argéntea (Larus cachinnans) que, aunque está presente durante todo el año en el territorio, se reproduce en colonias solo en las cercanas Islas Eolias y en Capo Tindari. A lo largo de la costa también podemos admirar cormoranes (Phalacrocorax carbo), el cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis), generalmente invernante y ocasionalmente, el martín pescador (Alcedo atthis), presente en Milazzo desde el otoño hasta el final del invierno.
Otras especies que anidan cerca de acantilados y acantilados son el gorrión solitario (Monticola solitarius) y la paloma silvestre (Columba livia).
El cuervo (Corvus corax) y la grajilla (Corvus monedula) anidan cerca del promontorio. La urraca (Pica pica), comúnmente conocida como la «urraca ladrona», anida en todo el territorio y frecuenta principalmente los campos cultivados. Las tres razas pertenecen a la familia de los córvidos.
Durante las migraciones de otoño y primavera, diversas especies de aves acuáticas migratorias se detienen a lo largo de las playas, los lechos de los arroyos y los acantilados del promontorio. Se trata en su mayoría de cicoliformas de la familia Ardeidae, como el avetoro (Ixobrychus minutus), la garceta común (Egretta garzetta) y la garza real (Ardea cinerea). El primero y el último también anidan en zonas de Sicilia.
Entre las especies vinculadas a ambientes donde la presencia del hombre es más intensa se encuentran el gorrión sardo (Passer hispaniolensis), el gorrión matutino (Passer montanus), que anidan en agujeros en paredes y en árboles en zonas rurales, y una especie de golondrina (Delichon urbica) muy frecuente en nuestros cielos desde la primavera hasta el otoño. Construye su nido de barro debajo de las cornisas de los edificios y en las paredes rocosas.
Un ave muy frecuente y visible sobre todo en jardines y en el campo, donde construye sus nidos cerca de huertos, es el mirlo (Turdus merula). El petirrojo (Erithacus rubecula) y el colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) son visibles en nuestras áreas solo durante el período invernal. Estas aves, bastante acostumbradas a la presencia del hombre y poco cautelosas, suelen ser visibles en los patios o en los tejados de las casas.
En algunas zonas de la llanura se han identificado nidos de abubillas (Upupa epops).
Especies insectívoras como la curruca capirotada (Sylvia atricapilla), el ruiseñor de río (Cettia cetti) y la curruca (Sylvia melanocephala), pertenecientes a la familia Silvidae, son muy importantes para el equilibrio de los ecosistemas. Estas aves crean sus nidos en el suelo o en vegetación baja, donde cazan pequeños invertebrados, entre ellos algunos arácnidos como garrapatas que, en ausencia o insuficiente presencia de estas aves y lagartos, eslizones, musarañas, proliferarían de forma muy problemática para el ser humano. Las infestaciones de estas plagas suelen deberse a incendios que destruyen el hábitat de los insectívoros (manchas, arbustos, setos) y a un sobrepastoreo que favorece la proliferación de parásitos y, además, dificulta el rebrote de la vegetación espontánea.
Otros paseriformes visibles durante el invierno en prados y campos de cultivo son el escribano negro (Emberiza cirlus) y algunos pinzones como el pinzón vulgar (Frigilla coelebs), el verderón (Carduelis chloris) y el jilguero (Carduelis carduelis) que en primavera, durante el período de cría, se desplazan a la zona de Peloritani. El verderón (Serinus serinus), por otro lado, anida principalmente en los huertos de la campiña de Milazzo. Últimamente se ha observado la nidificación de la lavandera lavandera (Motacilla cinerea), que hasta ahora se creía que estaba presente en nuestro territorio solo durante el período invernal.